viernes, 31 de agosto de 2007

Capitalismo :: Contaminación :: Guerra

HONOR Y GLORIA A KLEY GOMEZ.



A dos años de tu desaparición física “LA PIEDRITA” te recuerda con rebeldía, con la muerte de KLEY GOMEZ hemos perdido un compañero digno de seguir un ejemplo, el ejercito, un soldado de gran merito y la republica, uno de sus hombres de esperanzas para el día de la victoria popular, KLEY VIVE.

“LA PIEDRITA” PATRIA O MUERTE.
30-08-2007

martes, 28 de agosto de 2007

Capitales mineros presionan para desconocer la posición presidencial y del Ministerio del Ambiente de detener la explotación de carbón en el Zulia

Esta noticia es de hace un mes, aproximadamente. Dicen que si los periódicos de ayer, que si las informaciones caducan, se ponen piches, para La Toparquia esta lucha contra el capitalismo depredador y genocida esta fresquita… Peor está vigente, es URGENTE!



Sociedad Homo et Natura



Desde que el Presidente Chávez anunció en cadena nacional la paralización de la explotación de más minas de carbón en el estado Zulia el 1º de Mayo desde el Complejo Industrial G/D José A. Anzoátegui, Estado Anzoátegui, de inmediato se reactivó la estrategia para desconocer tal posición presidencial desde Corpozulia/Carbozulia y las distintas oficinas de las empresas multinacionales del carbón.



Se inició dicha estrategia poniendo en boca de supuestos líderes indígenas wayuu la necesidad de abrir las minas Socuy, Cachirí, Caño Seco y las Carmelitas, posteriormente utilizaron líderes obreros del sindicatos del carbón de la empresa mixta Carbones del Guasare, luego consiguieron el pronunciamiento favorables de la nueva representante del Ministerio de Industrias Básicas y Minería (Mibam) en el Zulia, la ingeniera Aurora Rodríguez, más recientemente de los diputados presidente y otros miembros de la Subcomisión de Energía y Minas de la Asamblea Nacional y la semana pasada del segundo representante nacional del Mibam.

El Viceministro Hernández del Mibam para justificar ante el país la ampliación de las dos únicas minas existentes en el Zulia (Paso Diablo y Norte) y la apertura inmediata de las minas de las multinacionales agrupadas en COSILA y Carbonífera Caño Seco utilizó los siguientes argumentos: el “aseguramiento de las materias primas al sector industrial nacional «Necesitamos carbón para la industria del aluminio, la cual necesita el coque metalúrgico para hacer los ánodos de carbón que utiliza la industria del aluminio»”, “«introducir el carbón como elemento fundamental para la generación de electricidad con plantas termoeléctricas que puedan utilizar carbón como combustible», en cuanto al daño ambiental asegura el diputado que el “problema ambiental se puede resolver rápidamente” y en relación con la oposición ejercidas por las comunidades indígenas a la explotación de carbón en sus territorios asegura “para buscar salida a este conflicto se debe dar prioridad a las comunidades afectadas, sobre todo a las indígenas”.
(ABN 27/07/2007. http://www.abn.info.ve/go_news5.php?articulo=98696&lee=18).

Estos argumentos utilizados por el diputado Hernández además de estar en contradicción con la posición del presidente Hugo Rafael Chávez Fría y con la política ambiental del nuevo Ministerios del Ambiente, son las mismas opiniones que en el Zulia adelantaron los operadores de estas empresa energética minera que para nada se corresponde con un uso adecuado de la energía fósil en aras de cumplir con el Protocolo de Kyoto más cuando la deforestación y la quema del carbón genera más CO2, uno de los gases invernadero más agresivo causantes del calentamiento global y el cambio climático.

Nada más lejos de la realidad que argumentar que el impacto ambiental de las minas a cielo abierto sea un problema que “se puede resolver rápidamente”, el daño que se está ocasionando a la cuenca del río Guasare es ya irreversible, sus aguas ya no corren como antes, se empozan en épocas de verano, estudios de la Facultad de Ciencias y del Postgrado de Ingeniería de LUZ dan cuenta de la contaminación de sus aguas y peses por metales pesados, los altos nivelas de azufre que desde años presentan el sistema de agua de la subcuenca del Guasare aledaños a las minas, detectados en el 2006 por estudios realizados por el Ministerio del Ambiente (MINAMB), no han podido ser controlados por los criollos y extranjeros de las empresas mixtas Carbones del Guasare y Carbones de La Guajira , simplemente porque sus aguas residuales pese al control existente y mil veces mejorado siempre son vertidas al lecho del río y alcanzan los acuíferos subterráneos.



El impacto del traslado y del polvo del carbón es impresionante, son ya varios los trabajadores enfermos (despedidos) por neumoconiosis por carbón, son miles ya los vecinos enfermos aledaños a los puertos carboníferos o a las vías por donde trasladan dicho carbón; los muertos y lisiados en accidentes viales ocasionados por el traslado del carbón son cada día más en la medida del aumento del tonelaje, esta situación insoportable ha llegado al limite de la impunidad que hasta ha sido denunciada por el propio Presidente de la República en su alocución el 1º de Mayo “Además lo va dejando por la carretera los camiones y se le mete a los pulmones a los niños, a todos pero sobre todo a los niños. Allá en el Zulia hay un alto grado de enfermedades pulmonares en todos esos pueblos que son cruzados por las gandolas y gandolas de carbón”.

Tanto el carbón a explotar por las empresa COSILA y Carbonífera Caño Seco, de inmediato, y de las minas Socuy y Cachirí, posteriormente, afectaran las aguas tributarias de los embalses Los Tres Ríos (Diluvio) y Manuelote, esta es la principal razón por la cual el MINAMB se opone a entregar los permisos exigidos por los empresarios privados del carbón y Corpozulia/Carbozulia para ampliar las dos existentes y abrir más minas.



Pero lo más singular de los argumentos se expresa cuando el diputado señala que el problema con los indígenas opositores a este modelo genocida, ecocida y etnocida contemporáneo de desarrollo es un asunto que se resuelve con dádivas.

Este último argumento presenta elementos que vienen de tiempos coloniales en cuanto al tratamiento de la relación de Estado gobierno/indígena, es el argumento más recalcitrante utilizado por los operadores trasnacionales mineros enquistados en el Zulia.



Que lejos están estos argumentos de la realidad socio política indígena wayuu asentados hoy en las cuenca de los ríos Socuy, Maché y Cachirí, de su resistencia conciente de oponerse a seguir siendo evacuados forzosamente de sus tierras tradicionales que hoy ocupan, tal como ayer ocurrió con sus tierras donde hoy operan las minas Paso Diablo y Norte, o la futura mina Las Carmelita, es más muchos de los desplazados wayuu del Guasare hoy tienen más de diez años viviendo en esta área donde se pretende abrir las minas Caño Seco, Socuy, Cachirí y Las Carmelitas.

Este modelo minero y de uso de más energía sucia no se corresponde con un socialismo indo americano de cara al siglo XXI, donde el desarrollo del país debe sustentarse a partir del respeto a la naturaleza y a los derechos de los pueblos indígenas en particular

Tomado de Aporrea

lunes, 27 de agosto de 2007

EL “CHE” EJEMPLO DE CÓMO DEBE SER EL COMPORTAMIENTO DE UN SOCIALISTA.



GRUPO DE TRABAJO “LA PIEDRITA” Y MILICIA “0”

DE TANTAS EXPERIENCIAS SOBRE ENESTO CHE GUEVERA QUE DEMUESTRAN SU INTEGRIDAD REVOLUCIONARIA EXISTE UNA QUE DESCRIBE SU AMIGO RICARDO ROJO, QUIEN CUENTA WUE PRENCIO CUANDO EL HEROE DE LA REVOLUCION , MINISTRO DE INDUSTRIA S Y TENIENDO EL GRADO DE COMANDANTE DEL EJERCITO REVOLUCIONARIO RECIBIO UNA LLAMADA DE SU ESPOSA ALEIDA MARCH PIDIENDOLE QUE LE MANDARA UN AUTO DEL MINISTERIO PUES NECESITABA TRASLADARSE PARA PODER REALIZAR UNA DILIGENCIA, ANTE TAL REQUERIMIENTO EL “ CHE” RESPONDIO: NO ALEIDA YA TE HE DICHO QUE ESE AUTO NO ES MIO, ES DEL PUEBLO
TU TOMAS EL OMNIBUS, (AUTOBUS) COMO TODOS LOS DEMAS.




PATRIA O MUERTE

viernes, 24 de agosto de 2007

Estados :: Capitalismo :: Autodestrucción

UNIDAD TACTICA DE COMBATE NESTOR ZERPA CARTOLINI. COMUNICADO



LA UNIDAD TACTICA DE COMBATE NESTORZERPA CARTOLINI CON TODO RESPETO REVOLUCIONARIO AL SUB-COMANDANTE DE ESTA REVOLUCION BOLIVARIANA ,LE INFORMAMOS QUE LAS VERDADERAS MILICIAS POPULARES SE ENCUENTRAN EN LOS BARRIOS ,CAMPOS Y CUIDADES Y NO EN LOS CUARTELES, EJEMPLO PARA RESFECAR SU MEMORIA ,LA DEFENSA DE IRAK, QUIEN ESTA DEFENDIENDO , EL PUEBLO EN ARMAS, PALESTINA, AFGANISTAN, LIBANO ,COLOMBIA, TAMBIEN QUEREMOS RECORDARLES EL 11,12 Y 13 DE ABRIL QUIEN SALIO EN DEFENSA DE LA REVOLUCION BOLIVARIANA A CASO NO FUE EL PUEBLO DE SIMON BOLIVAR. POR ESO REIVINDICAMOS LAS VERDADERAS MILICIAS POPULARES QUE NO SON OTROS QUE EL PUEBLO EN ARMAS.

RECORDAMOS QUE EL VERDADERO COMANDANTE DE ESTA REVOLUCION ES EL PUEBLO DE SIMON BOLIVAR.

PATRIA O MUERTE.
VENCEREMOS.

DIEGO SANTANA “VIVE



DEVELAR UNA PLACA A NUESTRO MARTIR REVOLUCIONARIO, NO NOS DICE QUE HASTA AQUÍ LLEGA NUESTRO COMPROMISO CON TU MEMORIA UN MURAL, UNA BANDERA, UNA PLAZA,”DIEGO SANTANA” TU EJEMPLO EN VIDA, DEMOSTRASTE LO QUE ES UN REVOLUCIONARIO QUE CRECE JUNTO A LA LUCHA COMUNITARIA, EJEMPLO DE CONSTACIA E INICIACION REBELDE, TE HACE EJEMPLO Y ES POR ESO QUE TE OFRECEMOS TRIBUTOS, PIDES RESULTADOS UN BARRIO SANO, TRABAJO COMUNITARIO, DEPORTES, LUCHA CONSTANTE EN NUESTRA ACCIONAR.



EL 18 DE AGOSTO DE 2007, EN TU HONOR HACEMOS UN ESPACIO REBELDE PARA TU TRINCHERA REVOLUCIONARIA, PARA EL DEBATE PARA RECORDARTE REBELDE TU PLAZA QUE HOY SE LLAMARA.

PLAZA LA REVOLUCION “DIEGO SANTANA VIVE “
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
PATRIA O MUERTE
VENCEREMOS


COMUNICADO. UNIDAD TACTICA DE COMBATE NESTOR ZERPA CARTOLINI




LA UNIDAD TACTICA DE COMBATE NESTOR ZERPA CARTOLINI SE DIRIJE: Al Pueblo de Caracas, detecto a través de su comando de inteligencia que en la conformación del partido SOCIALISTA UNIDO DE VENEZUELA (PSUV), se están imponiendo gente a dedo desde MIRAFLORES, están pasando por encima de los LIDERES NATURALES de cada sector es por eso LLAMAMOS A LA REBELION a que NO sigamos calando imposiciones de quinta columna CONTRA REVOLUCIONARIO si queremos un partido verdaderamente REVOLUCIONARIO



RESPENTEN A LOS LÍDERES NATURALES.
EL VERDADERO COMANDANTE DE ESTA REVOLUCION ES EL PUEBLO DE SIMON BOLIVAR.
PATRIA O MUERTE

miércoles, 22 de agosto de 2007

Nosotros los verdes, nosotros los anarquistas


Murray Bookchin



Hoy en día nuestra relación con el mundo natural está atravesando una fase crítica que no tiene precedente en la historia de la especie humana. Recientes estudios sobre el "Efecto Invernadero" conducidos en los Estados Unidos, demuestran que tenemos que encontrar desde ahora la manera de hacer disminuir el porcentaje de monóxido de carbono presente en la atmósfera en la cual vivimos. En caso contrario, no solamente se presentarán graves mutaciones químicas, sino que la misma sobrevivencia de la especie humana estará en grave peligro.




No se trata nada más de un problema de contaminación por los venenos con los cuales nos alimentamos. La alteración de los grandes ciclos geoquímicos podría poner fin a la vida humana sobre este planeta. Por mi parte estoy consciente de la necesidad de reaccionar inmediatamente para contrarrestar los procesos que están dañando la tierra. Soy totalmente solidario de muchos de los grupos ambientalistas, y en los últimos 30 años he estado involucrado cotidianamente en actividades para la defensa del ambiente: contra las centrales nucleares, contra la construcción de nuevas carreteras, contra la destrucción del suelo y el uso incontrolado de pesticidas y de biocidas, y por la promoción del reciclaje y de un crecimiento cualitativo y no sólo cuantitativo.



Estos problemas ambientales me han preocupado por años y por décadas, tanto como hoy en día me siguen preocupando. Estoy de acuerdo con ustedes sobre la necesidad de bloquear los reactores nucleares y de poner fin a la contaminación de la atmósfera, de las tierras agrícolas, de los cultivos, o sea de liberarnos de los venenos que se están difundiendo sobre todo el planeta y que ponen en peligro a nuestra especie y a toda la vida. Comparto con ustedes todo esto, pero me gustaría que fuéramos un poquito más allá con nuestros planteamientos.



De hecho pienso que es esencial el empujar siempre más allá de nuestro cuestionamiento, porque no podemos seguir poniendo más parches aquí y allá que no resuelvan los verdaderos problemas. Posiblemente logremos un día hacer cerrar una fábrica que inquina la atmósfera. Pero al final, ¿qué logramos?: una nueva central nuclear. Vivimos en un mundo basado en el intercambio de contrapartidas, y nos seguimos comportando de acuerdo a esas leyes. Definitivamente, pasando de un mal mayor a un mal menor y de un mal a otro mal, seguimos empeorando la situación general. No se trata sólo de una cuestión de plantas para la producción de energía, por más importantes que éstas sean; ni tampoco el problema de los gases contaminantes; tampoco el problema está en los daños que causamos a la agricultura, o el congestionamiento y la contaminación de los centros urbanos.



El problema es otro más grave: estamos simplificando el planeta. Estamos disolviendo los ecosistemas que se formaron en millares de años. Estamos destruyendo las cadenas alimenticias. Estamos rompiendo las ligas naturales y llevando al reloj evolutivo a un atraso de millones de años en el tiempo. a las épocas en las que el mundo era mucho más simple y no se encontraba en la posibilidad de sostener la vida humana.

Una visión del mundo más coherente

No se trata nada más de tecnología, aún si el control tecnológico es muy importante. Es claro que necesitamos una tecnología nueva. Necesitamos una tecnología basada en la energía solar y en la eólica, y necesitamos nuevas formas de agricultura. Sobre esto, no hay dudas, estamos todos de acuerdo. Pero existen problemas de fondo mucho más graves que aquellos creados por la tecnología y el desarrollo moderno. Tenemos que buscarlos en las raíces mismas del desarrollo. Y primero que nada tenemos que buscarlos en los orígenes de una economía basada sobre el concepto de 'crecimiento': la economía de mercado; una economía que promueve la competencia y no la colaboración, que se basa en la explotación y no en el vivir en armonía. Y cuando digo vivir en armonía entiendo no solamente el hacerlo con la naturaleza, sino entre la misma gente.



Tenemos que empujar hacia la construcción de una sociedad ecológica que cambie completamente, que transforme radicalmente nuestras relaciones básicas. Mientras que vivamos en una sociedad que marcha hacia la conquista, al poder, fundada en la jerarquía y en la dominación, no haremos nada más que empeorar el problema ecológico, independientemente de las concesiones y pequeñas victorias que logremos ganar. Por ejemplo, en California, nos han donado algunas hectáreas de árboles, y luego han talado bosques completos. En Europa están haciendo la misma cosa.



Prometen acabar con las lluvias ácidas, y las lluvias ácidas siguen cayendo. Deciden poner en el mercado alimentos naturales, no contaminados por los pesticidas, y efectivamente el porcentaje de veneno disminuye, pero lo poco que queda está constituido por los venenos más peligrosos para el organismo.



Nuestro problema no es solamente de mejorar el ambiente, o de parar las centrales nucleares, de bloquear la construcción de nuevas carreteras, o la construcción, expansión y sobrepoblación en las ciudades, la contaminación del aire, del agua y de los alimentos. La cuestión que tenemos que enfrentar es mucho más profunda.

Tenemos que llegar a una visión del mundo mucho más coherente. No tenemos que ponernos a proteger los pájaros olvidándonos de las centrales nucleares, y tampoco luchar contra las centrales nucleares olvidándonos de los pájaros y de la agricultura. Tenemos que llegar a comprender los mecanismos sociales y hacerlo de una manera coherente.




Tenemos que enfocarlos en una visión coherente, una lógica que prevé a largo plazo una transformación radical de la sociedad y de nuestra misma sensibilidad. Hasta que esta transformación radical no empiece, lograremos cosas pequeñas, de poca importancia. Venceremos algunas batallas pero perderemos la guerra, mejoraremos algo, pero no obtendremos ninguna victoria. Hoy en día vivimos el momento culminante de una crisis ambiental que amenaza nuestra misma sobrevivencia, tenemos que avanzar hacia una transformación radical, basada en una visión coherente que englobe todos los problemas. Las causas de la crisis tienen que aparecer claras y lógicas de manera que todos -nosotros incluidos- las podamos entender. En otras palabras, todos los problemas ecológicos y ambientales son problemas sociales, que tienen que ver fundamentalmente con una mentalidad y un sistema de relaciones sociales basadas en la dominación y en las jerarquías. Estos son los problemas que nos ofrece hoy en día la gran difusión de la cultura tecnológica.

Ningún regalo de parte del Estado

¡Qué tienen que hacer entonces los Verdes? Primero que todo tenemos que clarificarnos las ideas. Tenemos que evidenciar las relaciones existentes entre los problemas ecológicos y los problemas sociales.



Tenemos que demostrar que una sociedad basada en la economía de mercado, en la explotación de la naturaleza y en la competencia acabará por destruir al planeta. Tenemos que hacer lo posible para que la gente entienda que si queremos resolver de una vez por todas nuestros problemas con la naturaleza, tenemos que preocuparnos de las relaciones sociales. La gente tiene que entender que todo tiene que unificarse en una visión del mundo coherente, en una visión basada en un análisis, en una crítica, y en soluciones de nivel político, personal e histórico.



Esto significa, dar otra vez la fuerza al pueblo. Tenemos que crear una cultura política con una visión libertaria y no limitarnos a un proyecto, que el Estado ejecuta. Tenemos que crear una literatura política, una cultura política que lleve a la gente a participar, liberándose, autónomamente, de este tipo de economía, de sociedad y de sensibilidad.

En el movimiento feminista, se empieza a discutir el tema de la dominación del hombre sobre la mujer empezando por la misma estructura de la familia. En los movimientos comunitarios, se habla de necesidades a 'escala humana' y de dar fuerza a los barrios, a las comunidades, a las regiones.



Estos son los argumentos más importantes que se discuten en los Estados Unidos. En relación con la tecnología, no tenemos que preocuparnos solamente con que ésta sea más eficiente y renovable, tenemos que inventar una tecnología creativa, que no sólo lleva consigo un trabajo más creativo, sino que contribuya a mejorar el mundo natural al mismo tiempo que mejora el modo y la calidad de nuestras vidas.

Pero todo esto no nos llegará desde arriba. No puede ser un regalo que el Estado nos haga. No puede traducirse en una ley salpicada por un Parlamento. Tiene que ser el fruto de una cultura popular, de una cultura política y ecológica difundida por el pueblo. Entonces no tendremos mas que elaborar estrategias para cambiar la sociedad, usando las varias organizaciones existentes. Tenemos que elaborar estrategias libertarias que conduzcan al pueblo, a la gente, a participar en el proceso de transformación social, porque si no es la gente la que quiere cambiar la sociedad, entonces no se efectuará en ella ningún cambio real ni radical.




Cuando hablamos de Ecología, hablamos de participación en el mundo natural. Decimos que nosotros, como seres humanos, compartimos la esfera de la vida juntos, con todos los demás seres vivos, y con ello buscamos aplicar un sistema de relaciones que nos haga partícipes del ecosistema.



Pero yo les pregunto, queridos amigos, si queremos ser Verdes, si queremos reverdecer al planeta: ¿Cómo podemos hacerlo sin reverdecer a la sociedad misma? Y si queremos reverdecer a la sociedad: ¡Cómo podemos pensar en una participación del mundo natural que no tome en consideración la participación popular en la vida social? Si nada más queremos conquistar el poder para cambiar a la sociedad, les garantizo que vamos a perder. Y no solamente porque algunos de nosotros, con toda la buena fe del mundo, acabaríamos con ser condicionados por el poder, emotiva y psicológicamente. Esto ya les pasó a algunos de mis mejores amigos entre los Verdes Alemanes, que con buenas intenciones y con buena fé se encontraron en el Parlamento buscando hacer coaliciones, hacer alianzas, y usar el poder desde arriba. De alguna manera ellos también se volvieron líderes espirituales aspirantes al poder. Ahora razonan en términos de 'males menores', de un mal 'siempre menor' que, al final, los llevará al peor de todos los males. Esto es lo que la historia nos ha enseñado siempre.

Verde profundo

Ya es tiempo que nosotros los Verdes propongamos una visión libertaria, una visión anarquista que lleve a la gente hacia un movimiento Verde, que pueda ser un movimiento Verde en el sentido más profundo del término. Un movimiento Verde en el cual no nos limitemos a llevar adelante un proyecto coherente y que unifique todos los problemas en un programa y análisis comunes, sino en un movimiento en el cual la gente sea la primera protagonista de su historia. Tenemos que apoyar la creación de una sociedad libertaria: ecolibertaria. Esto es lo que nos enseñaron las experiencias alemanas y de los Estados Unidos, algunos movimientos han buscado perseguir objetivos Verdes actuando 'desde arriba' a través de las leyes, y siempre han tenido que ceder. abandonar una posición detrás de otra.

Con esto no quiero decir que no tenemos que empeñarnos en llevar a cabo cambios que puedan atrasar o bloquear la disgregación de la sociedad actual y del mundo natural. Ya sé que no tenemos mucho tiempo a nuestra disposición. Los problemas son reales e involucran también a las dos generaciones siguientes, y quizás ni siquiera las dos próximas generaciones sean decisivas por lo que respecta a la sobrevivencia de nuestra especie y la conservación de nuestro habitat y de nuestro planeta. De todas formas, si no podemos dar a la gente una imagen unitaria, una visión práctica y ética al mismo tiempo, y que cuestione su sensibilidad, entonces, ¿saben ustedes quién tomará el poder en este caos?: la derecha, los reaccionarios.




Hoy en América, la derecha se califica a sí misma como 'la mayoría moral', y dice: "Devolvamos su significado a la vida. Devolvamos su significado a las relaciones humanas". Y, por mala suerte, lo que queda de la izquierda americana, no hace otra cosa que hablar de 'progreso' de 'centralizar' y de todas las mismas cosas que el socialismo repite desde hace 150 años.

Primero tenemos que recuperar aquel terreno sobre el que la gente está buscando la verdad, y no tan sólo la sobrevivencia: una manera de vivir que hable de calidad y no sólo de cantidad. Tenemos que difundir un mensaje coherente para todos, un mensaje que sea para la base de la sociedad, que la haga partícipe, que enseñe qué significa el ser ciudadanos y el decidir autónomamente. En otras palabras, tenemos que elaborar una nueva política, una política Verde que reemplace a la vieja política autoritaria y centralista, basada en las estructuras de los partidos y en la burocracia. Esto es lo más importante que tenemos que aprender. Si no lo logramos, los movimientos verdes serán absorbidos poco a poco por los movimientos tradicionales. El objetivo principal se disolverá frente a los pequeños objetivos a corto plazo y vencimiento.

Los compromisos sobre 'males menores' nos llevarán siempre a males peores. La gente dirá: ¡Qué es esto? ¿La misma política de siempre? ¿La misma burocracia de siempre? ¿El mismo parlamentarismo que siempre hemos tenido? ¿Por qué tendría yo que votar verde? ¿Por qué tendría que darle fuerza a los verdes? ¿Por qué no tendría que seguir apoyando a la democracia cristiana, o al partido comunista, o a cualquier otro partido que garantiza resultados inmediatos, y satisfacciones inmediatas?... Nuestra responsabilidad de Verdes de Europa –como en América– en Alemania, como en tantas partes del mundo, y sobre todo en Italia, ya que ustedes están apenas empezando ahora, es de aprender de lo que está ocurriendo en los movimientos verdes desde hace 5 a 10 años.




Tenemos que darnos cuenta que hay que sustituir la vieja política tradicional de los partidos, con una política verde. Que hay que poner energía a nivel de base en las comunidades, que hay que elaborar análisis que vayan más allá del puro ambientalismo y de los otros problemas importantes a los cuales nos dedicamos cotidianamente (pesticidas, energía nuclear, Chernobyl).

Tenemos que darnos cuenta que esta sociedad no es solamente dura e insensible, sino que sus mismas leyes prevén su propia destrucción, la destrucción del planeta y la de las bases para la sobrevivencia humana. Tenemos que proponer nuevas alternativas, nuevas instituciones fundadas en una democracia local, en la participación local, que pueda constituir un nuevo poder contra el Estado centralizado, que pueda constituir un nuevo sistema de relaciones sociales, en el cual un número cada vez mayor de personas, tome parte activa en una política realmente libertaria. Esta es nuestra única alternativa para evitar caer en la misma política de partido, corrupta y rebasada, que vuelve a las personas cínicas, indiferentes, siempre más encerradas en sus propias esferas privadas.

Un momento de transición



Déjenme concluir con una última consideración de importancia. No solamente estamos luchando para mejorar nuestras relaciones humanas. Como el sistema de mercado, también el sistema capitalistas sigue simplificando no sólo la obra compleja de millones de años, sino también el espíritu humano. Se está simplificando el espíritu mismo de la humanidad, se le está quitando la complejidad y la plenitud que contribuyen a formar personalidades creativas. Entonces, nuestra nueva política no debe tener como único objetivo el de salvar el planeta y crear una sociedad verde, ecológica, de carácter libertario, y una alternativa política a nivel de base. Hay también que ver aún más allá de todo esto: si no se pone un fin a la 'simplificación' del planeta, de la comunidad y de la sociedad, lograrán simplificar al espíritu humano a tal punto (y con basura del tipo de "Dallas", de "Dinasty" y otros programas televisivos) que se acabará hasta con el mismo espíritu de rebeldía, el único capaz de promover un cambio social y un reverdecimiento real del planeta.

Hoy vivimos en un momento de transición, no sólo de una sociedad a otra, sino de una personalidad a otra nueva. Muchas gracias!!!

miércoles, 8 de agosto de 2007

¡ALERTA ANTIFASCISTA! EN NUEVA ESPARTA


Otra de las movidas fascistoídes del Alcalde José Ramón Díaz en el Municipio Marcano del Estado Nueva Esparta.




En reunión realizada el 28 de julio de 2007, en el Hotel Bahía Palmeras ubicado en la prolongación de la Avenida Juan de Castellanos en la ciudad de Juangriego del Estado Nueva Esparta, a las 9:00am, y cuyos convocantes (En representación de Acción Democràtica) fueron:

José Ramón Díaz; Alcalde del Municipio Marcano, Moisés Jiménez; Prefecto y Marcelino Marcano; Concejal del mismo Municipio. Se trató el punto siguiente:
Juramentación de los Consejos Locales en el Municipio Marcano.



Allí se establecio la necesidad de mantener el control de los Consejos Comunales para, no sólo disponer del dinero que baja a las comunidades y entregar los proyectos en manos de los ingenieros e ingenieras de la Alcaldìa de Marcano, sino además, contar en cada uno de ellos con los cuadros preparados para propulsar un denominado "golpe comunal" mediante la penetración ideológica y el saboteo al más puro estilo del MANUAL DE LA CIA y las denominadas "organizaciones fachadas".



El partido COPEI ha estado, en concordancia con éste plan, promoviendo unas llamadas "redes sociales",a sabiendas que el Poder Popular se verá fortalecido con la reforma constitucional propuesta desde el gobierno nacional, según palabras del propio Presidente Hugo Chávez.

Es de destacar que el Alcalde José Ramón Díaz, no sólo participó activamente en el Golpe de Estado de 2002 y el paro petrolero (donde encabezó la llamada "toma de Juangriego", para cerrar violentamente los comercios que no se sumaron al paro), sino que recibió un curso, a través, de la Universidad Simón Bolçivar, pagado por la USAID y enmarcado dentro del proyecto VENEZUELA INICIATIVA PARA LA CREACIÓN DE LA CONFIANZA (www.proyectovicc.com) de la oficina para la transición en Venezuela de la Embajada de los Estados Unidos, para supuestamente acercarse a las organizaciones sociales con mas efectividad y lograr una gestión con la participaciòn popular.
Por otra parte, el Embajador Bronwfield estuvo, el año 2005 visitándolo, e inagurando una escuela en el sector El Palito de Juangriego.
Por la cercanía de éste personaje con el gobierno norteamericano y su actuación al servicio del fascismo nacional e internacional, hacemos un llamado de alerta a los habitantes del Municipio Marcano y el país entero.



Cliver Romero. C.I-V:15.896.418.
Espacios Alternativos de Colectivos Sociales
"Dr. Francisco Antonio Rìsquez".
Comunidades al Mando!!!!!!!

martes, 7 de agosto de 2007

ANARQUISMO Y VIOLENCIA



Errico Malatesta

Los anarquistas están en contra de la violencia. Esto es cosa sabida. La idea central del anarquismo es la eliminación de la violencia de la vida social, es la organización de las relaciones sociales fundadas sobre la libertad de los individuos, sin intervención del gendarme. Por ello somos enemigos del capitalismo que obliga a los trabajadores, apoyándose sobre la protección de los gendarmes, a dejarse explotar por los poseedores de los medios de producción o incluso a permanecer ociosos o a sufrir hambre cuando los patrones no tienen interés en explotarlos. Por ello somos enemigos del Estado, que es la organización coercitiva, es decir violenta, de la sociedad.




Pero si un caballero dice que él cree que es cosa estúpida y bárbara razonar a bastonazos y que es injusto y malvado obligar a alguien a hacer la voluntad de otro bajo la amenaza de un revólver, ¿es acaso razonable deducir que ese caballero se propone hacerse dar bastonazos y someterse a la voluntad de otros sin recurrir a los medios más extremos de defensa?

La violencia sólo es justificable cuando resulta necesaria para defenderse a sí mismo y a los demás contra la violencia. Donde cesa la necesidad comienza el delito… El esclavo está siempre en estado de legítima defensa y, por lo tanto, su violencia contra el patrón, contra el opresor, es siempre moralmente justificable y sólo debe regularse por el criterio de la utilidad y de la economía del esfuerzo humano y de los sufrimientos humanos.




Hay por cierto otros hombres, otros partidos, otras escuelas tan sinceramente devotas del bien general como podemos serlo los mejores de nosotros. Pero lo que distingue a los anarquistas de todos los demás es justamente el horror por la violencia, el deseo y el propósito de eliminar la violencia, es decir, la fuerza material, de las competencias entre los hombres.



Se podría decir entonces que la idea específica que distingue a los anarquistas es la abo¬lición del gendarme, la exclusión de los factores sociales de la regla impuesta mediante la fuerza bruta, sea ésta legal o ilegal.

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Pero entonces se podrá preguntar por qué en la lucha actual contra las instituciones político-sociales que consideran opresivas, los anarquistas han predicado y practicado, y predican y practican cuando pueden, el uso de los medios violentos que están sin em¬bargo en evidente contradicción con sus fines. Y esto hasta el punto de que en ciertos momentos muchos adversarios de buena fe creyeron -y todos los de mala fe fingieron creer- que el carácter específico del anarquismo era justamente la violencia.




La pregunta puede parecer embarazosa, pero es posible responderla en pocas palabras. Ocurre que para que dos personas vivan en paz es necesario que ambas deseen la paz; si uno de los dos se obstina en querer obligar por la fuerza al otro a trabajar para él y a servirlo, para que ese otro pueda conservar su dignidad de hombre y no quedar reduci¬do a la más abyecta esclavitud, pese a todo su amor por la paz y por el entendimiento, se verá sin duda obligado a resistir a la fuerza con medios adecuados.

La lucha contra el Gobierno se resuelve, en último análisis, en lucha física, material.

El Gobierno hace la ley. Debe tener por lo tanto una fuerza material -el ejército y la policía- para imponerla, puesto que de otra manera sólo la obedecerían quienes qui¬sieran y ya no sería una ley sino una simple propuesta que cada uno está en libertad de aceptar o de rechazar. Y los gobiernos tienen esa fuerza y se sirven de ella para poder fortificar con las leyes su dominio y satisfacer los intereses de las clases privilegiadas, oprimiendo y explotando a los trabajadores.

El límite de la opresión del gobierno es la fuerza que el pueblo se muestra capaz de oponerle.



Puede haber conflicto abierto o latente, pero conflicto hay siempre, puesto que el go¬bierno no se detiene ante el descontento y la resistencia popular sino cuando siente el peligro de la insurrección.

Cuando el pueblo se somete dócilmente a la ley, o la protesta es débil y platónica, el gobierno se beneficia de ello sin preocuparse por las necesidades populares; cuando la protesta se vuelve enérgica, insistente, amenazadora, el gobierno, según sea más o menos iluminado, cede o reprime. Pero siempre se llega a la insurrección, por que si el gobierno no cede el pueblo termina rebelándose, y si el gobierno cede el pueblo adquiere fe en sí mismo y pretende cada vez más, hasta que la incompatibilidad entre la libertad y la autoridad se hace evidente y estalla el conflicto violento.



Es necesario entonces prepararse moral y materialmente para que al estallar la lucha violenta el pueblo obtenga la victoria.

Esta revolución debe ser necesariamente violenta, aunque la violencia sea por sí misma un mal. Debe ser violenta porque sería una locura esperar que los privilegiados reco¬nocieran el daño y la injusticia que implican sus privilegios y se decidieran a renunciar voluntariamente a ellos. Debe ser violenta porque la transitoria violencia revoluciona¬ria es el único medio para poner fin a la mayor y perpetua violencia que mantiene en la esclavitud a la gran masa de los hombres.
La burguesía no se dejará expropiar de buen grado y habrá que apelar siempre al golpe de fuerza, a la violación del orden legal con medios ilegales.

También nosotros sentimos amargura por esta necesidad de la lucha violenta. Noso¬tros, que predicamos el amor y combatimos para llegar a un estado social en el cual la concordia y el amor sean posibles entre los hombres, sufrimos más que nadie por la ne¬cesidad en que nos encontramos de defendernos con la violencia contra la violencia de las clases dominantes. Pero renunciar a la violencia liberadora cuando ésta constituye el único medio que puede poner fin a los prolongados sufrimientos de la gran masa de los hombres y a las monstruosas carnicerías que enlutan a la humanidad, sería hacernos responsables de los odios que lamentamos y de los males que derivan del odio.

Nosotros no queremos imponer nada con la fuerza, y no queremos soportar ninguna imposición forzada.

Queremos emplear la fuerza contra el Gobierno porque éste nos tiene dominados por la fuerza.

Queremos expropiar por la fuerza a los propietarios, porque éstos detentan por la fuer¬za las riquezas naturales y el capital, fruto del trabajo, y se sirven de ella para obligar a los demás a trabajar en su propio beneficio.
Combatiremos con la fuerza a quienes quieran retener o reconquistar con la fuerza los medios que les permiten imponer su voluntad y explotar el trabajo de los demás.



Resistiremos con la fuerza contra cualquier “dictadura” o “constituyente” que quisiera sobreponerse a las masas en rebelión. Y combatiremos al Gobierno, como quiera que haya llegado al poder, si hace leyes y dispone de medios militares y penales para obligar a la gente a la obediencia.

Salvo en los casos enumerados, en los cuales el empleo de la fuerza se justifica como defensa contra la fuerza, estamos siempre contra la violencia y en favor de la libre voluntad.

Pienso, y lo he repetido mil veces, que no resistir al mal “activamente”, es decir, de todos los modos posibles y adecuados, es absurdo en teoría, porque está en contradic¬ción con el fin de evitar y destruir el mal, y es inmoral en la práctica, porque reniega de la solidaridad humana y del consiguiente deber de defender a los débiles y a los oprimidos.

Pienso que un régimen nacido de la violencia y que se sostiene con la violencia sólo puede ser abatido por una violencia correspondiente y proporcionada, y que por ello es una tontería o un engaño confiar en la legalidad que los opresores mismos forjan para su propia defensa. Pero pienso que para nosotros, que tenemos como fin la paz entre los hombres, la justicia y la libertad de todos, la violencia es una dura necesidad que debe cesar, conseguida la liberación, donde cesa la necesidad de la defensa y de la seguridad, bajo pena de que se transforme en un delito contra la humanidad y lleve a nuevas opresiones y nuevas injusticias.

Estamos por principio contra la violencia y por ello querríamos que la lucha social, mientras ocurre, se humanizara lo más posible. Pero esto no significa en absoluto que queramos que esa lucha sea menos enérgica y menos radical, pues consideramos más bien que las medidas a medias llegan en fin de cuentas a prolongar indefinidamente la lucha, a volverla estéril y a producir, en suma, una cantidad mayor de esa violencia que se querría evitar. Tampoco significa que limitemos el derecho de defensa a la resis¬tencia contra el atentado material e inminente. Para nosotros el oprimido se encuentra siempre en estado de legítima defensa y tiene siempre el pleno derecho de rebelarse sin esperar que comiencen a descargar las armas sobre él; y sabemos muy bien que a menudo el ataque es el mejor medio de defensa.
Pero aquí está en juego una cuestión de sentimiento, y para mí el sentimiento cuenta más que todos los razonamientos.

F. habla tranquilamente de “romper la cara al enemigo después de haberle atado las manos, aunque las reglas morales y consuetudinarias no consentirían en que eso se hiciera”. Este es un estado de ánimo que ya puede llamarse fascista, porque los fas¬cistas han vuelto lamentablemente consuetudinario el hecho de emplear las peores violencias contra aquellos a los que se ha puesto preventivamente en la imposibilidad de defenderse, pero que, dejando de lado las teorías, me parece indigno de quien lucha por la emancipación humana.

La venganza, el odio persistente, la crueldad contra el vencido reducido a la impoten¬cia pueden comprenderse e incluso perdonarse en el momento de la irritación, por parte de alguien que ha sido cruelmente ofendido en su dignidad y en sus afectos más sagrados; pero postular sentimientos de ferocidad antihumana y elevarlos a principios y táctica de partido es lo más malo y contrarrevolucionario que se pueda imaginar.

Contrarrevolucionario, porque la revolución para nosotros no debe significar sustitu¬ción de un opresor por otro, del dominio de los demás por el nuestro, sino elevación humana en los hechos y en los sentimientos, desaparición de toda separación entre vencidos y vencedores, hermanamiento sincero entre todos los seres humanos, sin lo cual la historia seguiría llena de esa permanente alternativa de opresiones y rebeliones como siempre ha sido, en detrimento del verdadero progreso y, en definitiva, de todos los hombres, vencidos y vencedores.

La violencia es desgraciadamente necesaria para resistir a la violencia adversaria, y debemos predicarla y prepararla si no queremos que la actual condición de esclavitud larvada, en que se encuentra la gran mayoría de la humanidad, perdure y empeore. Pero contiene en sí el peligro de transformar la revolución en una batalla brutal no iluminada por el ideal y sin posibilidad de resultados benéficos; y por ello es necesario insistir en los fines morales del movimiento y en la necesidad, en el deber de contener la violencia dentro de los límites de la estricta necesidad.

No decimos que la violencia es buena cuando la empleamos nosotros y mala cuando la emplean los demás contra nosotros. Decimos que la violencia es justificable, es buena, es “moral”, constituye un deber cuando se la emplea para la defensa de sí mismo y de los otros contra las pretensiones de los violentos; y es mala, es “inmoral” si sirve para violentar la libertad de otro.
No somos “pacifistas”, porque la paz no es posible si no la quieren las dos partes.

Consideramos a la violencia como necesaria y un deber para la defensa, pero sólo para la defensa. Y se entiende, no sólo para la defensa contra el ataque físico, directo, inmediato, sino contra todas las instituciones que mediante la violencia mantienen esclavizada a la gente.

Estamos contra el fascismo y querríamos que se lo derrotara, oponiendo a su violencia una violencia mayor. Y estamos, sobre todo, contra el gobierno que es la violencia permanente.

A mi parecer, si la violencia es justa incluso más allá de la necesidad de la defensa, en¬tonces es justa incluso cuando la ejercitan contra nosotros, y no tendríamos ninguna razón para protestar. En ese caso no podríamos ya confiar en la fuerza material -esa fuerza que lamentablemente no tenemos- (11).
La posible incapacidad popular no se remedia poniéndonos nosotros en el lugar de los opresores derrotados. Sólo la libertad o la lucha por la libertad puede ser secuela de libertad.

Pero se dirá: para iniciar y llevar a su término una revolución es necesaria una fuerza armada y organizada. ¿Y quién lo pone en duda? Sin embargo, esta fuerza armada, y mejor las múltiples organizaciones armadas de los revolucionarios, harán obra revolu¬cionaria si sirven para liberar al pueblo y para impedir toda constitución de un gobier¬no autoritario; serán en cambio instrumento de reacción y destruirán su propia obra si desean servir para imponer un determinado tipo de organización social, el programa especial de un determinado partido...

Como la revolución es, por la necesidad de las cosas, un acto violento, tiende a desa¬rrollar, más bien que a suprimir, el espíritu de violencia. Pero la revolución realizada tal como la conciben los anarquistas es la menos violenta posible y desea frenar toda violencia apenas cesa la necesidad de oponer la fuerza material a la fuerza material del gobierno y de la burguesía.

Los anarquistas sólo admiten la violencia como legítima defensa; y si están hoy en favor de ella, es porque consideran que los esclavos están siempre en estado de legítima defensa.

Pero el ideal de los anarquistas es una sociedad de la cual haya desaparecido el factor violencia, y ese ideal suyo sirve para frenar, corregir y destruir el espíritu de prepotencia que la revolución, en cuanto acto material, tendería a desarrollar.

El remedio no podría ser en ningún caso la organización y la dictadura, que sólo pue¬de fundamentarse en la fuerza material y tiende necesariamente a la glorificación del orden policial y militar.

Un error opuesto a aquel en que caen los terroristas amenaza al movimiento anar¬quista. Un poco por reacción contra el abuso que se ha hecho de la violencia en estos últimos años, un poco por la supervivencia de las ideas cristianas, y sobre todo por la influencia de la predicación mística de Tolstoi, a la cual el genio y las elevadas cualida¬des morales del autor dan boga y prestigio, comienza a adquirir una cierta importancia entre los anarquistas el partido de la resistencia pasiva, que tiene por principio que es necesario dejarse oprimir y vilipendiar a sí mismo y a los demás, más bien que hacer el mal al agresor. Es lo que se ha llamado anarquismo pasivo.

Puesto que algunas personas, impresionadas por mi aversión contra la violencia inútil o dañina, han querido atribuirme, no sé muy bien si para elogiarme o denigrarme, tendencias hacia el tolstoísmo, aprovecho la ocasión para declarar que a mi parecer esta doctrina, por más sublimemente altruista que parezca, es en realidad la negación del instinto y de los deberes sociales. Un hombre puede, si es muy... cristiano, sufrir pacientemente toda clase de presiones sin defenderse con todos los medios posibles, y seguir siendo quizás un hombre moral. Pero ¿no sería en la práctica y aun sin quererlo un terrible egoísta si dejase oprimir a los demás sin tratar de defenderlos? ¿No lo sería, por ejemplo, si prefiriese que una clase fuese reducida a la miseria, que un pueblo fuese hollado por el invasor, que un hombre fuera ofendido en su vida y libertad, más bien que arrancar el pellejo al opresor?
Puede haber casos en los cuales la resistencia pasiva sea un arma eficaz, y entonces resultaría por cierto la mejor de las armas, porque sería la más económica en sufrimien¬tos humanos. Pero las más de las veces profesar la resistencia pasiva significa asegurar a los opresores contra el temor de la rebelión, y por lo tanto traicionar la causa de los oprimidos.

Es curioso observar cómo los terroristas y los tolstoístas, justamente porque unos y otros son místicos, llegan a consecuencias prácticas casi iguales. Aquéllos no dudarían en destruir a media humanidad con tal de hacer triunfar la idea; éstos dejarían que toda la humanidad permaneciese bajo el peso de los más grandes sufrimientos más bien que violar un principio.

Para mí, yo preferiría violar todos los principios del mundo con tal de salvar a un hom¬bre; lo cual equivaldría en verdad, por otra parte, a respetar el principio, porque según mi opinión, todos los principios morales y sociológicos se reducen a uno solo: el bien de los hombres, de todos los hombres.
Errico Malatesta

jueves, 2 de agosto de 2007

ALEGATO DE GUAICAIPURO CUAUHTÉMOC



Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuauhtémoc, he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.

Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace sólo quinientos años.
Aquí pues, nos encontramos todos.

Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.

El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron.

El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme.

El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.
Yo los voy descubriendo.

También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses.

Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.

¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su séptimo mandamiento.

¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!

¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos.

¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.



Yo, Guaicaipuro Cuauhtémoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis.
Tan fabulosa exportación de capitales no fue más que el inicio de un plan "Marshalltezuma", para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.

Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional?
Deploramos decir que no. En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.

En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de quinientos años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el tercer mundo.

Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente, hemos demorado todos estos siglos en cobrar.

Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarle a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas de 20 y hasta 30% de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del tercer mundo.

Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10%, acumulado sólo durante los últimos trescientos años, con doscientos años de gracia.

Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de trescientos.

Es decir, un número para cuya expresión total serían necesarias más de trescientas cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra. Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?

Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.

Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.
Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del viejo continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica...

Notas:

Exposición realizada ante los jefes de Estado de la Comunidad Europea.

LA TRISTE VIDA DE UNA MUJER


JUDITH MALINA

lo primero que aprende
es que no es un hombre
y tarde o temprano
el ser mujer
se vuelve un carga.


y tarde o temprano aprende
que conlleva beneficios
dolorosos y dolorosos
perjuicios
que debe combatir


ella entiende, de algún modo,
que el perjuicio mayor
es la sumisión, y tarde o temprano,
ella, se somete, de algún modo,
ella utiliza con paciencia e incomodidad
las dolorosas alternativas
ella se asusta y quiere
ser una mujer madura
y llega a ser mujer madura
y se asusta
de ser mujer madura.




aveces escoge, pero
principalmente es escogida
por uno o varios hombres
que se vuelven sus protectores,
sus destructores
sus maridos
y amantes
que encarnan para bien
o para mal
los distintos grados
de todo lo que pasa
entre un hombre
y una mujer.


aveces su cuerpo se abre
y deja salir un hijo
frecuentemente su cuerpo es
destrozado
con un dolor insoportable
aunque más frecuentemnte
su cuerpo es destrozado
con un dolor
soportable.



casi nunca o aveces o nunca o siempre
un hombre
penetra su cuerpo
por cien motivos
diferentes para ella
aunque nunca por amor
que ella de algún modo
busca
y de algún modo,
encuentra.


cuando ella ya ha sufrido
lo suficiente
y se desangra y no se desangra
y da a luz o aborta
y llora o no llora
desde el traje de novia
al luto de viuda
aprende
y cuando está cansada
aprende
que ya es vieja.



todo esto más temprano o más tarde
demasiado temprano
o demasiado tarde
y aprende
a conformarse a la vida
que una mujer vieja
de algún modo
vive.
en un mundo que desprecia
a las viejas
ella aprende a conformarse
a algo parecido a una vida
que nunca mereció,
a no ser que muera joven.
JUDITH MALINA