viernes, 20 de julio de 2007

El triunfo de la libertad. (Fragmento II)



EL TRATO HACIA LOS "INDIVIDUALISTAS"

A diferencia de la Rusia soviética, la colectivización no fue un proceso forzado y a aquellos que no querían unirse a las colectividades se les permitió mantenerse al margen bajo una condición: podían mantener sólo la cantidad de tierra que ellos y su familia pudieran trabajar sin emplear a nadie para que hiciera el trabajo por ellos. La gente que rechazaba unirse a las colectividades eran llamados "individualistas".

Manteniendo el principio anarquista de que no hay libertad hasta que todos sean libres, la gente sostenía que la participación en las colectividades debía ser siempre voluntaria. Los colectivistas eran lejos la mayoría en el campo, y sin embargo, hacían especiales esfuerzos por respetar la opción de los individualistas y no se les condenaba. En muchas áreas los individualistas, persuadidos por el ejemplo de las colectividades, eventualmente se unían a las colectividades de forma voluntaria y su número declinaba.

Los individualistas muchas veces se beneficiaban de la colectividad. En Calanda, por ejemplo, recibían electricidad gratis y no se les cobraba renta. También pagaban bajos precios por los bienes que adquirían de la colectividad.



EL TRIUNFO DE LA LIBERTAD

El objetivo de las colectividades era "producir colectivamente y distribuir con justicia para todos el producto del trabajo" . Con la abolición de la propiedad privada, una profunda transformación sobrevino en la mentalidad de la gente. La forma en que obraron los colectivistas durante este período muestra que la excesiva ambición que es evidente en la actual sociedad capitalista no es una parte inherente a la naturaleza humana.

Las comunidades no se interesaban en poseer más tierras puramente por el hecho de incrementar sus dominios, sino que al contrario, querían sólo aquella tierra que pudieran trabajar ellos mismos. Había un gran sentido de la solidaridad entre las diferentes colectividades. Por ejemplo, 1.000 colectivistas de Levante, que estaba bastante desarrollada, fueron a Castilla a echar una mano. Los colectivistas también enviaban comida y provisiones regularmente al Frente así como a las ciudades.
Los colectivistas en Alabate de Cinca, enviaban a la ciudad aún no conquistada de Madrid en Marzo de 1937 lo que sigue: diez cerdos vivos, 500 kilos de tocino, 87 pollos, 50 conejos, 2.5 toneladas de papas, 200 docenas de huevos, verduras y varias decenas de chivos . "No hubo ningún requerimiento de pago o requisición por los militares" . A los refugiados que huían de las áreas conquistadas por el avance fascista, se les cuidaba en las colectividades que aún quedaban.



Con la creación de las colectividades, la gente dejaba de competir unas con otras. También se veían libres de seguir órdenes patronales, de trabajar tierra ajena por unas cuantas monedas, sino que al contrario, tenían control sobre su tierra e igual peso en cualquier decisión importante respecto a la organización del trabajo y al manejo de los recursos. Así, liberados, la iniciativa y el entusiasmo de los campesinos españoles no conocía límite. "La colectivización tiene todas las ventajas de la libre cooperación: el trabajo colectivo humano. La libertad y la igualdad son sus fundamentos."

Se emplearon nuevos métodos de cultivo. Se establecieron granjas experimentales. Se utilizaron recursos para la modernización de las granjas y para la obtención de nueva maquinaria. Las comunidades ganaron mucho con hacer comunes sus recursos. Los consejos técnicos de expertos eran suministrados por la Federación Regional. Además se prescindió de los parásitos intermediarios, así como de la burocracia y de los otros mecanismos de control necesarios para la mantención del sistema capitalista.

La producción se incrementó grandemente en las colectividades. En algunos casos, las cosechas se incrementaron en más de cinco veces respecto de su nivel en el período pre-revolucionario. En Alcoriza, los colectivistas establecieron una fábrica de cecinas en un viejo convento. "La producción diaria ha alcanzado los 500 kilos. Esta producción es enviada a las milicias anti-fascistas. También han construido una fábrica de zapatos en donde se produce cuero y se manufactura calzado, no sólo para los residentes del villorrio, sino también para las comunidades circundantes ".



En ninguna colectivdad existía el desempleo. Este era un gran cambio en la vida de la España de antes de las colectividades, en donde los campesinos podían estar cesantes por medio año.

A los colectivistas no sólo les preocupaba su bienestar material. Estaban profundamente dedicados a la educación y durante este período se establecieron muchas escuelas, basadas en los métodos de Francisco Ferrer, el mundialmente famoso educador anarquista. Como resultado de sus esfuerzos, muchos niños recibieron educación escolar por primera vez.
En Calanda, "la escuela es el programa destacado del villorrio. Sigue la filosofía y la línea de Francisco Ferrer. 1233 niños asisten a la escuela. Está construída en un antiguo convento. Los niños más adelantados son enviados al Liceo de Capse. La colectividad corre con los gastos" . La Federación de Juventudes Libertarias, en particular, eran muy activas en la agenda cultural, instalando bibliotecas, cines y centros comunitarios.

La iniciativa de los campesinos se aprecia claramente en los usos originales que dieron a las antiguas iglesias. Éstas se convirtieron en cines, cafés, carnicerías, talleres de carpintería, hospitales, fábricas de pastas, y en un caso, en barracas. Quizás uno de los ejemplos más típicos del nuevo rol de las iglesias en la colectividad, es el uso dado a la antigua iglesia de Alcaniz:
"Los curas se fueron. La iglesia no fue quemada . Sirve de bodega para la colectividad. Las diferentes secciones están marcadas en los pilares: zapatos y sandalias por aquí; jabón y otros útiles de aseo; carnes y cecinas; conservas y otras provisiones; telas y ropas. Las papas eran almacenadas cerca del altar principal....

Se han instalado oficinas. No se puede obtener nada con dinero, sino que sólo con cupones. La gente recibe lo que pide y queda registro de esto en el libro de cupones. El público entra por la puerta principal. Las puertas laterales son utilizadas para el reparto de provisiones. La iglesia es el mercado local." .

La Revolución Española es única en la historia, al ser la única oportunidad en que las masas pusieron concientemente las teorías anarquistas en práctica. Pese a que las colectividades no tuvieron oportunidad de desarrollarse plenamente y que no eran perfectas, tuvieron, sin embargo, un gran éxito mientras duraron. Demostraron como la gente común y corriente eran perfectamente capaces de organizar una sociedad justa y eficiente, dadas las condiciones correctas. Los campesinos y obreros de España demostraron que el anarquismo es posible.


Traducción del texto de Deirdre Hogan, Anarchist rural Collectives in the Spanish Civil war

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