lunes, 31 de agosto de 2009
LIBERTAD Y PROPIEDAD
Espacio...
Por una abertura minúscula en el ventanal desmesuradamente extenso, se cuela el hilo de bulla del exterior, que no inmuta al señor, que desde la cómoda luz de una lámpara de Philip Strak, se sienta opulento en su silla original de Emans. Se deleita, sin ninguna culpa con un “Etiqueta Negra”, mientras mirando de vez en cuando por encima del monitor del Laptop Hp, donde revisa las variaciones de la bolsa de Tokio (lejos en el Asia es de día), mira un amplio salón de parqué, donde sobre todas las cosas hay espacio. Espaciosa camioneta, espaciosa finca en el campo. Espaciados los hijos en el mundo. Ampliada y mejorada amante con voluminosa capacidad para la lactancia, su lecha enriquecida con solución salina y látex, espacio entre ambos y silencio. Mas de tres mil metros de planta de un diseño de Jimy Alcock, amigo y compadre. Todo lo que sea o camine o respire sobre ese territorio que el dice suyo, el señor lo siente su PROPIEDAD.
Solo le deforma la vida de marca dos cosas: Que el trabajo manual de la casa lo sigue haciendo Rosa y su esposo; Que le piensan reducir aún mas, el cupo del dólar CADIVI.
Durante un espacio infinitamente torpe, su pensamiento monolítico, esboza una idea. Para su vergüenza la diré. El señor piensa: ¡Esta dictadura! Cada día mas la chusma en la casa y ya no me dejan la libertad ni para comprar los dollares baratos… me habré de irrrrr! ¿Para donde? ¿acaso están ellos realmente AQUÍ como para irse a alguna parte? El señor y amante recién acaban de llegar de Bariloche. En dos dias la finca en Barinas. El mes que viene, asunto de negocios en Madrid. Y ella a casa de Yolanda en Boston. Nunca están. Ese enorme espacio, vacio, es habitado por Rosa y su Marido. Por la chusma.
Cierra el monitor de la Laptop, y llama al guarda espalda que lo vigila, para que este atento con la camioneta, y abra el portón que lo defiende de todo. Conecte la alarma. Avise a la compañía de serenos. Asi el señor es preso de su estatus. Rosa espera que su marido vuelva a pie de la bodega del barrio de la quebrada y entre por la pequeña puerta de servicio, con dos cervezas para celebrar, que hoy tampoco habrá Propietario.
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