jueves, 1 de marzo de 2007

Práctica autogestionaria en Hornos de Cal.



Una de las comunidades mas representativas de nuestra caracas es sin duda alguna San Agustín, casa de mucha gente buena, de innumerables músicos y llena de vida y de matices. Esta parroquia es una de las primeras fundada en nuestra ciudad y ha vivido, visto cambiar y formarse nuestra sociedad. Han sido presa una y otra vez de populismos de cuarta república y sin embargo, ha prosperado amalgamando una cultura particular y paralela; y el sonido del tambor se ha incorporado en su identidad.

Una de las comunidades que forman parte de esta parroquia es Hornos de Cal, la experiencia de estos amigos es digna de difundir, porque son éstos ejemplos de unión solidaria y participación los que tenemos que promover.

El Realismo Mágico de Hornos de Cal

A comienzos de este año un incidente fortuito desencadenó una serie acciones que terminaron en la organización de esta comunidad, Uno de los vecinos estaba estacionando su vehículo y sin darse cuenta rompió un tubo de agua que alimenta a la parte superior del barrio, inmediatamente se agruparon alrededor del hecho un grupo de vecinos, más tarde llegaron desde más arriba otros, indicándoles que se había cortado el suministro de agua en su zona. Inmediatamente los que estaban allí pensaron en la solución y el otro día bien temprano ya estaban solucionando el problema, al comienzo trabajaron unos, luego éstos tuvieron que ir a sus lugares de trabajo, así que otros continuaron con la labor. Las tareas se repartieron según las habilidades y las posibilidades de cada quien.

Al medio día el problema de la tubería estaba solventado, pero ellos tenían varias inquietudes acerca de sus problemas comunes y ya que estaban unidos alrededor del hecho del agua, aprovecharon para hablarlos. El problema mas inmediato que tenían era el alumbrado público, ya que la experiencia les ha enseñado que esos problemas urgentes no pueden ser solucionados por la burocracia estatal poco efectiva y vertical, decidieron alumbrar sus accesos por ellos mismos.

Así que, otra vez, según las destrezas y posibilidades de cada quien, cada sector del barrio colaboró, reunieron el dinero para los materiales y ellos mismos montaron los reflectores. Esto se fue contagiando por cada sector y hoy en día las vías mas criticas de acceso son mucho más seguras para todos y están más limpias e iluminadas.

Luego pensaron en la cercanía de los carnavales y que sería bueno para sus niños hacer una celebración de disfraces en su cancha, entonces se pusieron en marcha para lograrlo. Cerraron la calle, tomaron la cancha, instalaron su propia tarima con un sonido autogestionario y hasta proyectaron un video que elaboraron ellos mismos sobre la recuperación de esos espacios y los preparativos de sus fiestas de carnaval.

Gracias a la autogestión, esos días feriados los niños del barrio tuvieron una digna celebración cerca de casa y compartieron con sus vecinos acciones que crean lazos solidarios.

Es curioso escuchar por parte de la comunidad decir que están experimentando y que no están seguros de la forma en que deben evolucionar su organización; sin embargo no deberían preocuparse porque este nuevo socialismo debe ser una creación colectiva, resultado de nuestros propios ensayos, vivencias, experiencias y saberes, no debe atarse a ningún dogma y debemos formarlo desde la base, desde comunidades organizadas y realmente representadas, sin partidos políticos ni burocracias, como han ido avanzando las cosas poco a poco en Hornos de Cal.

A la celebración de Carnaval, le siguió la celebración de la octavita. Ahora están planeando la quema de judas, así como la distribución de volantes para ir uniendo cada vez más a la comunidad, para ir rompiendo poco a poco la apatía y para ir involucrando cada vez más a las personas con su sector. Los camaradas de Hornos de Cal esperan que todo este esfuerzo les sirva para poder instalar pronto su consejo comunal y de esta forma contar con más recursos para llevar a cabo los cambios que tienen planeados.

Ellos aspiran poder construir unas gradas para una de las canchas donde celebran todos sus torneos. También quieren construir un centro cultural y social para la comunidad, una aspiración vieja de esa colectividad que nunca ha podido ser satisfecha por esas “ingenierías desde las alturas” del Estado. Pues el espacio que la comunidad quería utilizar para tal fin, fue empleado por Fundarte, para la instalación de una “plaza de arte”, como parte de un plan nacional llevado a cabo por esta institución.

La desconexión con las necesidades reales de la comunidad es tal, que dicha “plaza de arte” no es utilizada por la comunidad, pues la tarima es perfecta, pero no existe espacio para el público (habría que preguntarse en qué estaría pensando el ingeniero). Entonces la comunidad, en lugar de emplear el espacio intervenido por Fundarte, cierran la calle, se apoderan de su propia cancha, instalan su tarima y se autogestionan todo.

En la obra de Fundarte, independientemente de las “buenas” intenciones que pudiesen acompañar esa iniciativa, no solo se perdieron los recursos, sino que además se les resto un espacio a la comunidad creándoseles un problema adicional, pues lo más probable es que cuando se instale el consejo comunal y se avance a la era del autogobierno, tengan que gastar de sus recursos para demoler esa estructura inútil, para la recuperación y utilización más apropiada de ese espacio que les pertenece a ellos y que solo ellos sabrán como darle un mejor aprovechamiento.

Tenemos que vencer la apatía, trascender el paternalismo gubernamental y poner en práctica este ejemplo de la comunidad de Hornos de Cal, porque cuando logremos ser una nación donde el gobierno emane directamente de las comunidades estaremos pisando el verdadero camino al socialismo del siglo XXI.

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